Exclusivo suscriptoresPrólogo. Así empieza el libro de Milei “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”
Probablemente para rastrear las bases del presente libro haya que remontarse unos diez años atrás, momento en el que conocí el monumental trabajo de Murray Newton Rothbard titulado Monopolio y competencia, el cual es parte de uno de los libros que, junto a La acción humana de Mises, más me han marcado en la vida: El hombre, la economía y el Estado. Me atormentaba la contradicción entre la evidencia empírica del crecimiento económico y la brutal caída de la pobreza en el mundo durante los últimos 250 años, y lo que señala la teoría económica como algo malo para el bienestar de la población: la existencia de rendimientos crecientes que implican estructuras de mercados concentradas (en el límite los monopolios) y son consideradas como ineficientes y perjudiciales para la población, mientras que en la realidad traen aparejadas enormes ganancias en la calidad de vida de los humanos. Fueron necesarias cerca de tres horas y media para que, al terminar el ensayo de unas 140 páginas de Rothbard, me diera cuenta de que todo lo que había estudiado y enseñado por más de veinte años sobre estructuras de mercados estaba mal. A la postre esto implicó que terminara abrazando las ideas de la Escuela Austríaca de Economía, que revolucionó mi pensamiento. Intentando trazar un puente sólido con la teoría económica neoclásica, tengo la sensación de haber podido encontrar un atisbo de respuesta, la cual aún está en proceso de elaboración, pero que que aquí voy presentando en una serie de resultados preliminares.